Thursday, February 28, 2008

Chale

Gracias por todo, tú. Sabes qe me refiero a ti. Cuídate muncho. El mundo no está bien hecho.

Wednesday, February 27, 2008

Super, super River


Wednesday, February 20, 2008


Tuesday, February 19, 2008

De Se necesitan ojos

contrario al átomo
con alucinación de frascos amarillos
la utopía atada a una columna
sentir padecer martillos insomnes
en cada célula
en cada noche no me olvides
los ojos secos de no entibiar la tarde
la nunca ausencia
el espanto al oírme
en los espejos
ardor de cuerpos
gusanos incendiados
y yo articulando pasos de serpiente
en el vientre húmedo
del otoño caído
alguien me reconocerá inútil
como un grito en el pulmón derecho
como un costal de carne
arrojado al vacío
si no vienes

Monday, February 18, 2008

14º Festival Nacional de Poesía de Monte Hermoso 2008

14º Festival Nacional de Poesía de Monte Hermoso 2008, realizado en ciudad de Monte Hermoso en la costa atlántica del sur de la provincia de Buenos Aires, Argentina. En la imagen el poeta Nicolás Antonioli, leyendo poemas de su libro Se necesitan ojos.

Friday, February 15, 2008


Los dos lo han querido, me dijo su madre.
¿Los dos...? No es posible, señora, dije yo. Usted tiene demasiado temperamento y a su edad ya se sabe por qué caen los alfileres del rocío.
Calle usted, Luciano, calle usted... No, no, Luciano, no.
Para resistir este nombre, necesito contener el dolor de mis recuerdos. ¿Y usted cree que aquella pequeña dentadura y esa mano de niño que se han dejado olvidada dentro de la ola, me pueden consolar de esta tristeza? Los dos lo han querido, me dijo su prima. Los dos. Me puse a mirar el mar y lo he comprendido todo.
¿Será posible que del pico de esa paloma cruelísima que tiene corazón de elefante salga la palidez lunar de aquel trasatlántico que se aleja?
Es que tuve que hacer varias veces uso de mi cuchara para defenderme de los lobos. Yo no tengo culpa ninguna. Usted lo sabe. ¡Dios mío! Estoy llorando.
Los dos lo han querido, dije yo. Los dos.
Una manzana será siempre un amante, pero un amante no podrá ser jamás una manzana.
Por eso se han muerto, por eso. Con veinte ríos y un solo invierno desgarrado.
Fue muy sencillo. Se amaban por encima de todos los museos. Mano derecha, con mano izquierda. Mano izquierda, con mano derecha. Pie derecho con pie derecho. Pie izquierdo con nube. Cabello con planta de pie. Planta de pie con mejilla izquierda. ¡Oh mejilla izquierda! ¡Oh, noroeste de barquitos y hormigas de mercurio! Dame el pañuelo, Genoveva; voy a llorar. Voy a llorar hasta que de mis ojos salga una muchedumbre de siemprevivas. Se acostaban. No había otro espectáculo más tierno. ¿Me ha oído usted? ¡Se acostaban! Muslo izquierdo con antebrazo izquierdo. Ojos cerrados con uñas abiertas. Cintura con nuca y con playa. Y las cuatro orejitas eran cuatro ángeles en la choza de la nieve. Se querían. Se amaban. A pesar de la ley de la gravedad. La diferencia que existe entre una espina de rosa y una Start es sencillísima. Cuando descubrieron esto, se fueron al campo. Se amaban. ¡Dios mío! Se amaban ante los ojos de los químicos. Espalda con tierra, tierra con anís. Luna con hombro dormido y las cinturas se entrecruzaban una y otra con un rumor de vidrios. Yo vi temblar sus mejillas cuando los profesores de la Universidad le traían miel y vinagre en una esponja diminuta. Muchas veces tenían que apartar a los perros que gemían por las yedras blanquísimas del lecho. Pero ellos se amaban.
Eran un hombre y una mujer, o sea, un hombre y un pedacito de tierra, un elefante y un niño, un niño y un junco. Eran dos mancebos desmayados y una pierna de níquel. ¡Eran los barqueros! Sí. Eran los barqueros del Guadiana que cercaban con sus remos todas las rosas del mundo.
El viejo marino escupió el tabaco de su boca y dio grandes voces para espantar a las gaviotas. Pero ya era demasiado tarde.
Ocurrió. Tenía que ocurrir. Cuando las mujeres enlutadas llegaron a casa del Gobernador, éste comía tranquilamente almendras verdes y pescado frescos con exquisito plato de oro. Era preferible no haber hablado con él.
En las islas Azores. Casi no puedo llorar. Yo puse dos telegramas; pero desgraciadamente, ya era tarde. Sólo sé deciros que los niños que pasaban por la orilla del bosque vieron una perdiz que echaba un hilito de sangre por el pico.
Ésta es la causa, querido capitán, de mi extraña melancolía.

Tuesday, February 12, 2008

Laissez-moi ma vie idéale. Vos petites tracasseries, vos détails de la vie réelle, plus ou moins froissants pour moi, me tireraient du ciel. On meurt comme on peut; moi je ne veux penser à la mort qu'à ma manière. Que m'importent les autres? Mes relations avec les autres vont être tranchées brusquement. De grâce, ne me parlez plus de ces gens-là : c'est bien assez de voir le juge et l'avocat.

Monday, February 11, 2008

Acerca del Premio Nacional de Poesía Aguascalientes 2008

Como ya se ha hecho público, el Premio Nacional de Poesía Aguascalientes 2008 ha sido declarado desierto por los tres miembros del jurado, Jorge Esquinca, José Javier Villarreal y José Luis Rivas. Lo han decidido así en ejercicio de la facultad que la Convocatoria les otorga y su arbitraje debe asumirse, según se establece en la misma, como inapelable. No obstante, la reflexión acerca del significado de este fallo es pertinente y necesaria.
Resulta inquietante, por decir lo menos, que el certamen de poesía más importante de México, al que concurre cada año una considerable proporción de los muchos autores que entre nosotros se dedican de lleno al género, arroje este resultado desalentador: entre los más de 200 originales presentados, ni uno solo alcanzó a colmar las supremas exigencias de los dictaminadores. En esto los parámetros y las subjetividades de los tres coincidieron, a juzgar por el carácter unánime de su determinación. Algo debe andar mal, muy mal en Dinamarca, si se piensa que esto sucede en un medio donde un considerable número de poetas vive consagrado al oficio, publica libros, colabora con poemas en revistas y periódicos, escribe ensayos y notas, goza de apoyos del Estado, concurre a talleres o los coordina y asiste a todo clase de actividades relacionadas con la poesía. No sólo eso: un país que goza de un amplio reconocimiento, sobre todo en el mundo de habla hispana, por la calidad de sus poetas.
Como se sabe, todo premio literario, incluidos los que, como éste, gozan de un gran prestigio, tiene altas y bajas; de todos ellos salen libros que acaban por cambiarle el rostro a una literatura, junto a otros de gran calidad pero cuya trascendencia visible resulta más o menos restringida. Estos últimos forman parte, hoy lo sabemos mejor que nunca, de ese largo proceso del que sin duda depende el surgimiento de las obras destinadas a permanecer durante mucho tiempo, acaso "para siempre". La literatura, la necesidad de fondo que la anima, se nutre de este intercambio saludable. Entre las obras que una época considera indudables, ¿cuáles persistirán a pesar de los años? Aun los críticos mejor dotados suelen equivocarse a la hora de intentar establecerlo.
Lo que los miembros del jurado han hecho al declarar desierto el premio de poesía de mayor relevancia en nuestro medio, es implicar que una buena porción de la poesía que hoy se hace en México es de baja o mediana calidad. Juicio muy cuestionable, sobre todo si uno está al tanto de los buenos libros de poemas que cada año se editan en el país, o si frecuenta las revistas y suplementos literarios de México y de otros países donde también publican poetas mexicanos. Si el jurado se propuso, según se deduce de alguna de sus declaraciones, mostrar que este premio sólo debe otorgarse a libros "de excelencia" (término muy recurrente en medios académicos, políticos y hasta deportivos, pero de aplicación por lo menos problemática en los terrenos de la actividad artística), ha dado una muestra de soberbia. Ellos mismos recibieron este premio antes, sus obras desataron polémicas a la hora en que ganaron, y aún está por verse (sólo el tiempo lo dirá) si sus respectivos libros, esos que merecieron el galardón, tienen las cualidades necesarias para perdurar.

Por lo pronto, según se desprende de su determinación a la hora de sancionar el concurso, nada de lo que hoy se hace aquí resulta equiparable con lo que ellos mismos presentaron en su momento. Montados en esa posición de superioridad, y al autoerigirse como jueces intransigentes (categoría que busca ser prestigiosa) , con toda probabilidad descartaron más de una propuesta que, desde una mirada experta como la suya pero menos arrogante, hubiera merecido el premio. Un premio que año con año despierta filias y fobias, como sucede en todas partes; que no sólo sirve para animar un medio al que le conviene la discusión abierta, sino como un referente para observar los distintos rumbos y posibilidades de la poesía que se escribe en México. Esto incluso cuando lo que se discute es la ausencia de un nombre importante entre los premiados o el triunfo de algún título que, a juicio de algunos o de muchos, resulta cuestionable.
Sin embargo, como se ha dicho, el fallo es inapelable para efectos del dictamen —y está bien que lo sea. Lo que puede y debe discutirse es la disposición, dictada por el jurado el día en que emitió su veredicto y avalada casi de inmediato por las instituciones convocantes (de estas últimas, conviene subrayarlo, no surgió la iniciativa), de destinar el monto del premio al poeta Gerado Deniz. Se trata de un gesto demagógico, ungido de una falsa generosidad. Un gesto que equivale a una solemne caravana que el jurado ejecuta con sombrero ajeno. Desde luego, Deniz es un autor de valía y alcances indiscutibles. Se trata de un poeta mayor de la lengua. Merece premios y reconocimientos de todo género. Pero, por lo mismo, merece también que éstos provengan de iniciativas destinadas a ese fin, no que se le otorguen con fondos provenientes de uno de los pocos premios importantes para la poesía, a raíz de una decisión que sin duda levantará ámpula.
Si este poeta dueño de una larga y destacada trayectoria no ha recibido, como tantos otros artistas nuestros, el reconocimiento y el apoyo que merece, es preciso reclamarle a la sociedad y al Estado mexicanos que se repare tan grave omisión. Se trata, de hecho, de un asunto de política cultural que es urgente discutir y solventar. Habría incluso que demandar, para ir al fondo del asunto, la ampliación de las plazas eméritas en el SNCA y/o la creación de fondos especiales destinados a este fin. Me sumo desde ahora, con el mayor entusiasmo, a cualquier iniciativa que busque enmendar el descuido imperdonable cometido en contra de la obra y la figura de Gerardo Deniz. Pero entregarle el dinero de un premio en el que no participó es injusto para él y para el certamen mismo. Además, va contra el espíritu y la letra de la Convocatoria, que establece: "El Premio puede ser declarado desierto, en cuyo caso las instituciones convocantes se reservan la decisión de emplear el recurso económico correspondiente para apoyar actividades de fomento a la literatura." Destinar el monto del premio a Gerardo Deniz no es, por donde quiera verse, una actividad de fomento a la literatura sino una acción insuficiente de apoyo a un escritor que, insisto, merece con creces ser creador emérito del SNCA y recibir reconocimientos públicos organizados ex profeso.
En todo caso, y en atención al propósito de la Convocatoria, los 250,000 pesos del certamen declarado desierto deberían destinarse a incrementar los acervos de poesía en algunas bibliotecas del interior del país, incluidos los títulos indispensables de Gerardo Deniz; de esta forma se daría impulso, de la mejor manera imaginable, al conocimiento y la difusión de nuestros poetas mejores. O bien podrían emplearse para llevar talleres de creación a los estados que más los necesitan, como Durango, Chiapas, Guerrero y tantos otros, lo cual serviría para comenzar a recomponer el estado de salud de la poesía mexicana, que según el diagnóstico del jurado es francamente grave.

Eduardo Hurtado, febrero 4 del 2008
http://colectivopoeticocardo.blogspot.com/


Ciudad de México, 4 de febrero 2008.

Carta abierta a la opinión pública

El jurado del Premio Aguascalientes 2008, integrado por José Luis Rivas, Jorge Esquinca y José Javier Villarreal decidió declararlo desierto. Es del dominio público que en recientes emisiones pasadas no sólo resultaron premiados libros de una cuestionada calidad, sino que también hubo evidente favoritismo por parte de algunos de los jurados. Resulta obvio que este año –seguramente como reacción desesperada a ese creciente desprestigio que, por esas malas elecciones, comenzaba a pesar sobre el que fue durante varias décadas el premio de poesía más importante de México– la consigna era dejar claro que iba a primar a toda costa la calidad poética sobre cualquier otra valoración. Muy bien. Se entiende.
El problema es que la decisión del jurado deja ver los entretelones: esta vez, en aras de no equivocarse, prefirieron no tomar partido. El temor a la opinión pública pesó más, cancelando la elección objetiva de un ganador.
Aunque declarar desierto un premio es un derecho que asiste a los miembros de un jurado, y se comprende que así suceda cuando hay escasa participación o cuando, por ejemplo, se trata de premios para primeras obras, en el caso del Aguascalientes, también es vox populi, que participan poetas –aunque se trate siempre de una minoría– cuya obra es digna de ser premiada, leída, difundida. Es importante señalar asimismo que el “panorama” suele variar poco de un año a otro, porque los mismos poetas participan en repetidas ocasiones. En consecuencia, el nivel poético tampoco cambia tan drásticamente de un año a otro. ¿A quién pretenden engañar estos miembros del jurado?
No encontrar ni un solo manuscrito “de excelencia”, entre los 207 que participaron, hace dudar hasta al más ingenuo de los espectadores de este circo. Lo que los miembros del jurado dictaminaron fue la inexistencia de calidad de la poesía que se escribe actualmente en México y ello es no sólo una evidente muestra de menosprecio al trabajo de sus colegas (que eso son), sino de su obediencia a una política corta de miras, regañona y mezquina que deja mal parados a los organizadores de este premio. Pareciera que el remedio que encontraron este año para paliar errores pasados resultó peor que la enfermedad del desacierto y el favoritismo.
Pero no todo dura para siempre. Habría que replantear, desde ya, la forma de juzgar y de premiar al otro sin arrebatos o sin falsas moralinas; cambiar esquemas anquilosados. Si el Premio Aguascalientes ha dejado de ser representativo del quehacer poético de este país, pues volteemos a otra parte. Ignoremos a quienes no se comportan –por temor, altanería u obediencia– a la altura de las circunstancias, pero sólo después de decirles lo que pensamos de ellos.
Ante un hecho que resulta cuestionable, se ha vuelto más común callar que manifestarse. Resulta más cómodo, más prudente, o más “digno” hacerlo así. El no me doy por enterado ha ido forjando, en buena medida, y para mal, nuestra idiosincrasia. Manifestarse es, sin embargo, un derecho y una obligación. Hay que opinar cuando creemos que es válido hacerlo. Este es el caso.

Claudia Hernández de Valle Arizpe
Eduardo Mosches

Friday, February 08, 2008


Monday, February 04, 2008

Horch was die dumpfe erde spricht
Du frei wie vogel oder fisch–
Worin du hängst das weißt du nicht.

Wielleicht entdeckt ein spätrer mund:
Du saßest mit an unsrem tisch
Du zahrtest mit von unsrem pfund.

Dir kam ein schön und neu gesicht
Doch zeit ward alt · heut lebt kein mann
Ob er kommt das weiß du nicht

Der dies gesicht noch sehen kann.