Friday, August 03, 2007

El sol ha pasado toda la noche en la mansión de los muertos, desde que yo la espero, sentada en mi lecho, cansada de velar. La mecha de la lámpara ha brillado hasta consumirse.
Ella no volverá. Ahí está la última estrella. Sé bien que ella no vendrá. Sé hasta el nombre que odio. Y sin embargo, la espero todavía.
¡Que venga ahora! ¡Sí, que venga, el cabello deshecho y sin rosas, el vestido mancillado, sucio, arrugado, la lengua seca y los párpados negros!
En cuanto abra la puerta, le diré... ¡Aquí está! ¡Es su vestido el que toco, sus manos sus cabellos, su piel! La beso con la boca enloquecida y lloro.

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