Playa

La playa se encontraba abarrotada por los múltiples turistas venidos de todos lugares del cosmos. Verona, Verónica para los demás, no qiso qe le tomara una foto, pero jue entonces cuando Harold me qitó la cámara. Por supuesto qe Verona no dejaría qe Harold se la tomara sin posar. Helen me jaló del brazo, soltándose, e invitó a Verona ir a los balnearios.
Elevé la voz, para qe ellas voltearan i qe Harold les tomara una foto. En ese momento ellas dejaron de ser lo qe eran para ser siempre esa imagen qe la cámara guardaba. Harold me diría después qe yo estaba loco por pensar eso, i que Helen, mi hermosa Helen era una buena mujer para mí, qe sólo eso me salvaba de mi locura, algo susceptible, como dijo Verona al apagar la radio antes de irse.
Luego ellas regresaron. Helen rió después de qe le comenté lo qe había dicho Harold, y dijo qe yo era muy gracioso. Mientras le acariciaba a Helen la mano izqierda, vi el rostro de Verona reflejado en el cristal de las botellas, los ojos húmedos de sueño, la boca chica, y al cerrar mis párpados vi a Verona recargada en sus propios muslos, cayendo rendida, de nuevo amodorrada.
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