Orale

Me hubiera gustado conocer desde arriba la ciudad de Monterrey. Josué ya la conoce i me lleva ventaja. La escala qe hizo el avión en esa ciudad jue de muncho tiempo para nosotros, jóvenes núbiles qe ya ansíabamos llegar a nuestro destino. El avión despejó i en un dos por tres el capitán anunció la hora local: son verdaderos los relatos: una hora más qe en Hermosillo. No hace tanto calor, por lo menos no lo siento así durante nuestra estancia en el hostal méjico. Desde el avión, vi algunos centros comerciales, reconocí figuras i lugares qe por televisión no los creía posible. ¿Qé pensará ahora Josué? Bajamos del avión i buscamos un taxi. Sí, estamos, al cabo de un corto viaje, en el Distrito Federal.

Mapa de la ciudad de Méjico... gueno, de una parte, pues.

¿i él qién es?

Poema

Esa noche el Guasuncho
fumaba Oxi Bithué
después de haber roto
su ficha de afiliación
agotado el stock de jugadas,
haciéndose preguntas retóricas
sobre Manolito.
Qué hacía un Mejicano
dándosela de cowboy
en el desierto Mojave?
Manolito, you know,
es verdad que después de entregar las espuelas,
el chalequito de cuero,
puso un autoservicio
en la ruta 101 cerca de Arkansaw?
Manolo, que según el Sr Cartwright,
no era un negro, un Navajo siquiera,
apenas un proyecto de blanco.
Un fracaso: tenían que doblarle
el inglés en Puerto Rico
para que lo entiendan en Tijuana. [...]

pregunta

¿Dónde está la otra mitad del Medio Oriente?

Tiempo de conejos i la novela de detectives

La novela de Imanol Caneyada Tiempo de conejos bien puede juzgarse como una obra de detectives ya que en realidad lo es y pertenece a ese género inventado por Edgar Allan Poe. Puedo no ser el primero en señalar que la novela no es en realidad la maravillosa obra que anuncia la contraportada de la edición del Instituto Sonorense de Cultura (ISC, obra ganadora del concurso que convocó esta institución en el año 2005): sus 185 páginas son interesantes pero en ocasiones predecibles son los hechos. Bajo el tegumento de la historia se encuentran interrogantes difíciles de responder en el mismo texto: quedan cabos sin atar totalmente. Sin embargo la novela bien gana en la parodia que se hace a sí misma al idealizar su propio escenario detectivesco.
La trama, si recuerdo, es como sigue: el reportero de la sección cultural de cierto periódico de Hermosillo se ve de pronto inmiscuido en el camino de la investigación al desaparecer el doctor/autor de una obra desmitificadora del padre jesuita Eusebio Francisco Kino. El Sherlock: un artista frustrado de nombre Fidel; el desaparecido: Facundo Numen, quien es homosexual. Fidel investiga las razones por las que no se presentó el doctor Facundo Numen a la presentación del su libro, descubriendo así una red de pornografía infantil.
Sin dejar de lado el ambiente local (el Hermosillo contemporáneo, aún con sus artistas) la novela de Caneyada transcurre en ese bien llamado vicio por el ambiente regional -que ya el lector de la literatura sonorense tiene en el señor Sergio Valenzuela su máximo exponente- y no es imposible reconocer, aún para un futuro lector, aclaro desde principios del siglo XXI, esa necesidad de dar una identidad al Hermosillo de hoy por medio de sus personajes tipificados. La novela de detectives debe superar las expectativas del lector, cosa que no logra Tiempo de conejos.
Ahora bien, como novela para introducirse en lo que es la literatura sonorense, Tiempo de conejos aporta la jerga coloquial, el ambiente de la ciudad de Hermosillo.
Imanol Caneyada nació en San Sebastián, España, en 1968, pero ha radicado gran parte de su vida en el estado de Sonora, en el municipio de San Luis Río Colorado, donde dirige el Instituto Kino.

Raoul Duffy

¿Campionísimos?

Los campionísimos de la local liga mexicana del pacífico de beisbol, Naranjeros de Hermosillo, han guelto a hacer el ridículo en la serie del caribe. ¿Qé te parece, Verona? ¿No es verdaderamente frustrante qe unos mediocres beisbolistas no sepan cómo atacarle -deportivamente, claro, Vero- a sus rivales, no tengan defensiva? Por supuesto, no ignoramos el besibol del "campionísimo" club naranja.

Poema

[...]
La lámpara eres tú,
mis labios, mi sonrisa,
forma que hallan mis manos en todo lo que alcanzan.

Si mis ojos se cierran es para hallarte en sueños,
detrás de la cabeza,
detrás del mundo esclavizado,
en ese país perdido
que un día abandonamos sin saberlo.